Dios nos ama tanto que su amor llegó al extremo y se hizo hombre para encontrarse con nosotros, para darnos un ejemplo de vida y sobretodo para salvarnos. Jesús que es Dios mismo hecho hombre quiere encontrarse con nosotros, no le bastó con venir hace dos mil años a mostrarnos cómo debemos de vivir, no le bastó con quedarse en el mundo para siempre en la Eucaristía sino que quiere tener una relación personal con nosotros quiere ser nuestro hermano y nuestro amigo.
No entiendo por qué es tan difícil hacer entender esto tan sencillo a las personas, muchas personas que viven tristes y deprimidas, muchas personas que viven en pecado, otras que viven tan indiferentes a la presencia de Dios entre nosotros no se dan cuenta de que el mismo Dios les busca para darles todo el amor del que es capaz de dar, para darle sentido a su vida, para darles la felicidad que solamente se encuentra en Jesucristo.
Jesús nos busca todos los días de nuestra vida, quiere tener una relación personal con nosotros sin embargo nosotros somos los que debemos responder a ese llamado que nos hace, el nos ama y respeta nuestra voluntad si nosotros no queremos relacionarnos con el, el lo respeta. Nos busca de diferentes maneras, en la Eucaristía, en algún retiro, alguna plática, en alguna persona, etc. Cuando nosotros logramos tener un encuentro verdadero con el, este encuentro (si es auténtico) trae como consecuencia necesaria un cambio en el estilo de vida: la conversión. Esta conversión surge de la felicidad que experimentamos al sentir un poquito del amor que Jesús tiene para darnos y por lo tanto nos impulsa a querer ser como el y a querer transmitir esta felicidad a los demás.
Para algunos este encuentro es tan intenso que les anima a dejarlo todo, como pasó hace tiempo con los apóstoles, ésto sigue pasando ahora. Lo importante es que nos demos cuenta de lo necesario que es para nuestra vida el tener como amigo a Jesús y sobretodo el vivir como el. Ante tantos modelos de vida tan inadecuados que se nos presentan hoy en día, Jesús se presenta como el modelo perfecto, como el modelo que nunca pasará de moda, como el modelo necesario para cambiar el mundo en el que vivimos.
No tengamos miedo del qué dirán los demás, no dudemos de que Jesús es la verdad, no esperemos más tiempo para encontrarnos con el. Resistirse a Jesús es tan tonto como resistirse a una arrachera después de una semana de no haber comido nada, no mejor dicho es más tonto. No lo dudes la felicidad no se encuentra en los placeres ni en los excesos, la felicidad se encuentra en Jesús. Anímate y nunca te olvides de que Jesús es la opción!!!
